Lo primero de todo es que resulta un libro más accesible de lo que pensaba, sin llegar a hacer divulgación total, Sagan ha sabido darle un atractivo inmenso a la radioastronomía, a capturar señales de radio.
Plantea interesantes cuestiones, religión, escepticismo, papel de la ciencia en el mundo, política y gobiernos, actitude las masas y la prensa. Y cómo podría estar preparada la humanidad ante el descubrimiento de que no estamos solos en los universos.
Toda la primera parte del libro me ha tenido absorbido, la segunda un poco menos porque no se puede mantener ese envite todo el rato, y la parte final pues me ha parecido un poco descorazonadora.
Hay ciertos personajes secundarios que se quedan bastante diluidos, al haber ciertos saltos temporales, algunas actitudes de esos personajes quedan un poco confusas.
La química entre Vaygay y Ellie me gusta mucho, soy fan de esas conversaciones topicazas URSS vs. USA en guerra fría.
Sorprende desde el principio sobre todo en un alegato sobre la desigualdad y trato condescendiente de la mujer en la ciencia, sin tapujos y directa. Junto con otra crítica clarísima a la endogamia universitaria y su paternalismo. También hay una fantásticas cuestiones religiosas que asumo que siguen creando ampollas a ciertos sectores fundamentalistas.