Una novela ligera de detectives en el japón de los 70. El toque interesante es una gata calicó que "ayuda" a resolver el caso, un recurso muy peligroso que, como me imaginaba se abusa bastante y pierdas el interés del misterio.

El protagonista parece un poco bobalicón, pero luego no lo es tanto en mi opinión. Aunque lo meten en situaciones algo rocambolescas, tendrás gags típicos de caídas de dibujos animados y señoritas ligeras de ropa que hará que se ponga colorado. Leerlo ahora es algo muy manido.

Muy decepionante es que el autor deja patente que no sabía cómo acabar la historia. La resolución final de la historia de tres personajes ha sido un absoluto disparate, en cinco páginas y sin ninguna razón aparente.